martes, 10 de noviembre de 2009

"EL VIH SIDA"

"El Sida en Venezuela: Lo que podemos aprender del resto del mundo"


Cuando descansamos tranquilos, confiando que la ciencia médica ya había conquistado las enfermedades infecciosas, hizo su aparición el SIDA. Esa mezcla explosiva de sexo y muerte que ha caracterizado ésta enfermedad, la convirtió entonces en tema favorito de discusión, en donde los aspectos puramente médicos se vieron rápidamente analizados desde diferentes perspectivas sociales y morales, y no siempre con resultados apropiados.

Muchas de las reacciones iniciales ante el SIDA fueron basadas en falta de información, dificultando así el desarrollo de respuestas adecuadas. Sin embargo, luego de más de quince años de esta epidemia -que desafortunadamente se prolongará por muchos más-el mundo ha aprendido bastante sobre ella. Venezuela debe analizar esa experiencia, y aplicarla en su respuesta al SIDA, problema este que ya está definitivamente afianzado entre nosotros.

Magnitud de la epidemia de VIH/SIDA:

A partir de 1981, cuando se identificaron los primeros casos de SIDA en los Estados Unidos, casi 30 millones de personas han sido infectadas en el mundo por el agente causal del SIDA, el virus de la inmunodeficiencia humana ó VIH. Noventa por ciento de esas infecciones han ocurrido en países en vías de desarrollo. Casi 7 millones de las personas infectadas ya han muerto, siendo millón y medio de ellos niños infectados en el vientre materno. La epidemia ha afectado dramáticamente al continente Africano, donde hoy en día viven mas de 14 millones de hombres, mujeres y niños infectados por el virus. En el Africa sub-sahariana, la prevalencia del VIH (porcentaje de personas infectadas por el virus) en la población general es del 5.6%. En algunas ciudades del África central ya están infectados cerca del 20% de sus adultos y las camas hospitalarias se encuentran abarrotadas con pacientes con SIDA.

Hasta finales de los años 80, el continente asiático parecía haberse escapado de la epidemia. Eso creó un falso sentimiento de seguridad, que no les permitió establecer a tiempo los programas de prevención, que hubieran podido frenar la epidemia que a finales de los años 80 se diseminó por el sur y el sureste del continente, donde ya ha causado más de cinco millones de infecciones.

Desgraciadamente, a pesar del intenso esfuerzo internacional para controlar la epidemia, ésta continúa expandiéndose. Cada día, más de 8.500 personas se infectan con el VIH y el 90% de ellas viven en países en vías de desarrollo.

La epidemia del VIH/SIDA en la América Latina y en Venezuela:

El virus entró en América Latina al comienzo de la epidemia, donde los primeros casos se comenzaron a detectar en 1983. Estimamos que en América Latina han ocurrido cerca de un millón y medio de infecciones, con una prevalencia en la población general del 0.6%. La mayoría de las personas infectadas desarrollan la enfermedad dentro de los diez primeros años después de haber ocurrido la infección. De los 160.000 casos de SIDA que han sido oficialmente notificados a las autoridades sanitarias de la región, unos seis mil corresponden a Venezuela. Sin embargo, como no todos los casos se notifican, uno debe multiplicar ese número por dos o por tres, calculando así que en Venezuela han ocurrido un total de 18.000 casos de SIDA, de los cuales probablemente ya han muerto cerca de la mitad.

Es más difícil aún estimar cuantas personas están infectadas por el VIH en Venezuela, es decir, el número de cero positivos. Para obtener esa información necesitamos hacer más estudios epidemiólogicos. No obstante, se podría calcular que en Venezuela existen entre 50.000 y 150.000 personas infectadas por el VIH.

En nuestro país, la frecuencia de nuevos casos notificados, por año y por cién mil habitantes (cerca de 4 por 100.000) se sitúa un poco por debajo del promedio Latinoamericano (cerca de 5.5 por 100.000), y claro está, muy por debajo de los países Africanos (entre 25 y 50 por 100.000). Sin embargo, vemos con preocupación como la epidemia de SIDA en Latinoamérica, que hasta ahora se mantenía, inexplicablemente, a niveles relativamente moderados, ha comenzado a aumentar de intensidad. Eso es especialmente evidente en algunos países de la América Central. Aunque no sabemos con certeza cual puede ser la causa de ese aumento de la epidemia en nuestra región, la misma debe ser una señal de alerta para incrementar nuestra atención al problema, actuando ahora para así evitar males mayores en el futuro.

El SIDA es primordialmente una enfermedad de trasmisión sexual:

En el mundo, cerca del 70% de todas las infecciones han sido trasmitidas heterosexualmente, es decir, por contacto sexual entre un hombre y una mujer; casi la mitad de las personas infectadas en el mundo son mujeres. Ciertamente que hay países, especialmente en Europa y en las Américas, incluyèndose Venezuela, en donde el virus fue inicialmente introducido y mantenido entre hombres homosexuales, siendo ellos los primeros, aunque no los únicos, en sufrir las consecuencias de la epidemia. Sin embargo, las tendencias en todos los países, incluyendo Venezuela, son hacia un aumento gradual de los casos de SIDA por transmisión heterosexual, resultando ello en más mujeres y niños infectados. Al inicio de la epidemia en Venezuela, se notificaban 25 casos en hombres por cada caso en mujeres; hoy esa relación ha cambiado a aproximadamente 8 a 1, indicando claramente un aumento en la transmisión heterosexual, la cual se notifica en aproximadamente el 17 % de los casos mas recientes. La tendencia mundial es también hacia la infección cada vez más frecuente de la gente joven, especialmente de los adolescentes que comienzan su actividad sexual.

Aunque el SIDA puede también ser trasmitido por sangre contaminada -como puede ser el caso de personas que se inyectan drogas- ó de una madre infectada a su hijo recién nacido, el SIDA es primordialmente una enfermedad de transmisión sexual. Si queremos controlar al SIDA en Venezuela, nuestra única alternativa es asumir el reto de poder abordar más abiertamente al tema de la sexualidad. Hay problemas muy importantes a discutir, y estos van desde el respeto a las diferentes manifestaciones que una sexualidad normal puede adoptar, hasta como abordar la educación sexual en las escuelas. Clave en esta discusión es la promoción de aquellos mensajes apropiados y efectivos, que promuevan una vida sexual y reproductiva responsable. Esos mensajes deben considerar las necesidades reales de la población que queremos proteger, no nuestros propios prejuicios, aunque mucho nos cueste aceptarlo. A nuestros adolescentes se les debe presentar diversas alternativas, que deben ir desde la abstinencia sexual ó la iniciación sexual tardía, pasando por relaciones monógamas mutuas, hasta el uso de preservativos. Aunque los preservativos no sean la panacea para controlar esta epidemia, definitivamente sí han contribuido a evitar numerosas infecciones en el mundo. Una campaña de control del SIDA no puede ser solamente una campaña de promoción de preservativos, porque hay muchos otros mensajes educativos y valores morales que son importantes a trasmitir. Sin embargo, hoy en día no se puede concebir una campaña contra el SIDA que no incluya, como componente importante, el acceso a preservativos.

Es capital la protección de los derechos humanos de las personas con VIH/SIDA:

Al principio de la epidemia, las reacciones iniciales contra el SIDA en algunos países fueron injustamente dirigidas a culpar los pacientes de este nuevo problema de salud pública, y no a la enfermedad misma. Había que encontrar algún "chivo expiatorio" a quién responsabilizar; así se definieron los mal llamados "grupos de riesgo", denominación errada, porque en realidad no hay grupos de riesgo, sino mas bien "conductas individuales de riesgo" que pueden poner a cualquier persona en peligro de ser infectada por el VIH. Una vez identificado los "culpables", entonces había que "castigarlos" con leyes punitivas que les limitaran sus derechos al trabajo, a la educación, a la vivienda, ó simplemente a viajar. Además de ser violatorìas de los derechos humanos de las personas con VIH/SIDA, esas legislaciones anacrónicas también favorecían la diseminación del virus, pues alejaban de los sistemas de salud a las personas que más los necesitaban. Afortunadamente, después de ese faux pas inicial, la mayoría de los países rectificaron su curso, promulgando leyes, que por el contrario, protegen los derechos humanos y garantizan el derecho a la salud de los pacientes con VIH/SIDA, no importando como hayan sido infectados.

Con cierta frecuencia se menciona que los pacientes con SIDA se infectaron "por su culpa", como si esto fuese una excusa para no atender sus necesidades de apoyo médico, social y legal. Sin embargo olvidamos convenientemente que hay muchas otras enfermedades que pueden ser prevenidas con un cambio en nuestro "estilo de vida". Los pacientes que sufren càncer del pulmón no reciben el reproche de la sociedad, por no haber dejado de fumar. Tampoco aquellos con enfermedades cardiovasculares, que pudieran haber sido evitadas con una mejor dieta y mayor ejercicio.

La discriminación y estigmatización que las personas con VIH/SIDA han sufrido en muchos países del mundo, se ha debido a la ignorancia: Temor a ser "identificado" con un "grupo" específico, temor al contagio casual de la enfermedad, y quizás también, el temor a la muerte. Ya hemos visto como el SIDA es un problema de todos nosotros, y no de "aquellos", o de "los otros". Si algún paciente tiene conductas sexuales diferentes a las nuestras, eso no debe ser razón para abandonarlo con su problema de hoy -que puede ser nuestro problema de mañana-. El temor al contagio casual también es infundado; hoy en día sabemos que no existe riesgo de contaminación a través del trato social normal con una persona con VIH/SIDA, sí éste no incluye contacto sexual íntimo, ó intercambio de líquidos corporales. Finalmente, la persona con VIH tiene muchos años de vida normal y productiva, antes de que los síntomas se manifiesten. Mas aún, avances recientes en las ciencias médicas están cambiando poco a poco el pronóstico del SIDA, en donde se ha pasado de una "supuesta condena de muerte inminente" a una enfermedad crónica que puede ser manejada médicamente.

La promesa de la investigación científica:

Esta epidemia ha servido para plantear y corregir muchos problemas de nuestra sociedad. Como alguien lo ha señalado, el SIDA ha servido para revelar lo peor, pero también lo mejor, que hay dentro de nosotros.

Una de las áreas impactada positivamente por el SIDA es la investigación biomédica. Los mejores cerebros del mundo han contribuido a los avances extraordinarios que se han hecho en el SIDA: A tan solo dos años de haber sido descrita la enfermedad, ya se había identificado y aislado su agente causal. También se desarrollaron métodos de laboratorio que sirvieron para diagnosticar la infección en su período asintomático, conociéndose así su verdadera magnitud y distribución geográfica. Avances lentos pero seguros en el área de tratamiento, han culminado con el descubrimiento que ciertas combinaciones de medicamentos antivirales eliminan totalmente el virus de la sangre en muchos pacientes, con la esperanza (todavía no confirmada), que al cabo de algunos años se pueda erradicar el virus de las personas infectadas. Por otro lado, esos avances biomédicos extraordinarios, crean paralelamente retos sociales también extraordinarios; el costo de esas drogas antivirales es sumamente elevado, y debemos explorar estrategias y mecanismos que las hagan accesibles a toda persona que las necesite. Y aunque ya se este hablando de una "cura potencial" (y repito, esta todavía no la tenemos) debemos seguir enfatizando la prevención a través de la educación; esperando el día en que una vacuna segura, efectiva y accesible a todos los países sea desarrollada, lo cual todavía tomará algún tiempo.

Venezuela debe actuar ahora:

Quizás la mejor lección que Venezuela debe aprender del mundo, es que no debe postergar una respuesta agresiva contra esta enfermedad. No podemos esperar que hayan mas casos para "justificar la inversión", porque entonces será demasiado tarde. El programa de prevención y control del SIDA del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, debe ser reforzado, dotándolo suficiéntemente de los recursos humanos y financieros necesarios. La respuesta para combatir el SIDA debe ser amplia, incluyendo no solo a todos los organismos oficiales pertinentes (además del Ministerio de Sanidad), sino también a los institutos de investigación, el sector privado, los organismos no-gubernamentales y las comunidades afectadas.

Debemos mejorar nuestro diagnóstico epidemiológico de la situación, para así tener una mejor idea de la magnitud de esta epidemia en nuestro país, y cuales son las regiones y personas más afectadas; de esta manera podremos dirigir mejor nuestras campañas de prevención.

También es necesario analizar el impacto económico del SIDA en Venezuela, para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento que tengan una óptima relación costo-beneficio.

Finalmente, debemos permanecer vigilantes para que los derechos humanos de las personas con VIH/SIDA sean respetados, incluyendo el derecho a la salud.

En conclusión, a pesar de que la epidemia de VIH/SIDA en nuestro país ya ha causado bastante enfermedad y sufrimiento, de alguna manera Venezuela puede considerarse afortunada, porque esta terrible epidemia le ha dado hasta ahora "un tiempo de espera". Con ello podemos beneficiarnos de la experiencia obtenida por otros países con menor suerte, y así evitar los errores que ellos cometieron. Esa es la responsabilidad de todos nosotros para con las generaciones futuras.

El VIH/SIDA:



El sida (de SIDA, acrónimo de síndrome de inmunodeficiencia adquirida, en inglés AIDS) es una enfermedad que afecta a los humanos infectados por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Se dice que una persona padece de sida cuando su organismo, debido a la inmunodepresión provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones que aquejan a los seres humanos. Se dice que esta infección es incontrovertible.

Cabe destacar la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer de sida. Una persona infectada por el VIH es seropositiva y pasa a desarrollar un cuadro de sida cuando su nivel de linfocitos T CD4 (que son el tipo de células a las que ataca el virus) desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.

El VIH se transmite a través de los fluidos corporales (tales como sangre, semen, secreciones vaginales, leche materna ).

Introducciòn sobre el VIH/SIDA:

El sida consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer frente a las infecciones y otros procesos patológicos, y se desarrolla cuando el nivel de Linfocitos T CD4 desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.

Normalmente, los glóbulos blancos y anticuerpos atacan y destruyen a cualquier organismo extraño que entra al cuerpo humano. Esta respuesta es coordinada por un tipo de células llamados linfocitos CD4. Desafortunadamente, el VIH ataca específicamente a las células que expresan el receptor CD4, una de las más importantes son los linfocitos T CD4+ y entra en ellos. Una vez dentro, el virus transforma su material genético de cadena simple (ARN) a uno de cadena doble (ADN) para incorporarlo al material genético propio del huésped (persona infectada) y lo utiliza para replicarse o hacer copias de sí mismo. Cuando las nuevas copias del virus salen de las células a la sangre, buscan a otras células para atacar. Mientras, las células de donde salieron mueren. Este ciclo se repite una y otra vez.

Para defenderse de esta producción de virus, el sistema inmune de una persona produce muchas células CD4 diariamente. Paulatinamente el número de células CD4 disminuye, por lo que la persona sufre de inmunodeficiencia, lo cual significa que la persona no puede defenderse de otros virus, bacterias, hongos y parásitos que causan enfermedades, lo que deja a la persona susceptible de sufrir enfermedades que una persona sana sería capaz de enfrentar, como la neumonía atípica y la meningitis atípica. Estas enfermedades son principalmente infecciones oportunistas. Dado que el organismo posee mecanismos de control de crecimiento celular dependiente de células CD4, la destrucción progresiva de éstas células ocasionará que estos mecanismos no sean adecuadamente regulados, lo que origina en consecuencia la presencia de algunas neoplasias (cáncer) que no ocurrirían en personas «sanas». El VIH, además, es capaz de infectar células cerebrales, causando algunas afecciones neurológicas.

Como en los demás retrovirus, la información genética del virus está en forma de ARN, que contiene las «instrucciones» para la síntesis de proteínas estructurales, las cuales al unirse conformarán al nuevo virus (virión); es decir sus características hereditarias, que le son necesarias para replicarse. Habitualmente, en la naturaleza el ADN o ácido desoxirribonucleico es una fuente de material genético desde la que se producirá una copia simple de ARN, pero en el caso del VIH, éste logra invertir el sentido de la información, produciendo ADN a partir de su simple copia de ARN, operación que se denomina transcripción inversa, característica de los retrovirus. El virus inserta su información genética en el mecanismo de reproducción de la célula (núcleo celular), gracias a la acción de la transcriptasa reversa.

Categorìas Clìnicas:

Categoría A: pacientes con infección primaria o asintomáticos.

Categoría B: pacientes que presentan o hayan presentado síntomas que no pertenecen a la categoría C, pero que están relacionados con la infección de VIH:
Angiomatosis bacilar.
Candidiasis vulvo-vaginal, o candidiasis oral resistente al tratamiento.
Displasia de cérvix uterino o carcinoma de cérvix no invasivo.
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI).
Fiebre menor a 38,5 °C o diarrea, de más de un mes de duración.
Herpes zóster (más de un episodio, o un episodio con afección de más de un dermatoma.
Leucoplasia oral vellosa.
Neuropatía periférica.
Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI).

Categoría C: pacientes que presentan o hayan presentado algunas complicaciones incluidas en la definición de sida de 1987 de la OMS:

Infecciones oportunistas:
Infecciones bacterianas:
- Septicemia por Salmonella recurrente (diferente a Salmonella typhy).
- Tuberculosis.
- Infección por el complejo Mycobacterium avium (MAI).
- Infecciones por micobacterias atípicas.
Infecciones víricas:
- Infección por citomegalovirus (retinitis o diseminada).
- Infección por el virus del herpes simple (VHS tipos 1 y 2), puede ser crónica o en forma de bronquitis, neumonitis o esofagitis.
Infecciones fúngicas:
- Aspergilosis.
- Candidiasis, tanto diseminada como del esófago, tráquea o pulmones.
- Coccidiodomicosis, extrapulmonar o diseminada.
- Criptococcosis extrapulmonar.
- Histoplasmosis, ya sea diseminada o extrapulmonar.
Infecciones por protozoos:
- Neumonía por Pneumocystis jiroveci.
- Toxoplasmosis neurológica
- Criptosporidiosis intestinal crónica.
- Isosporiasis intestinal crónica.

Procesos cronificados: bronquitis y neumonía.

Procesos asociados directamente con el VIH:

- Demencia relacionada con el VIH (encefalopatía por VIH).
- Leucoencefalopatía multifocal progresiva.
- Síndrome de desgaste o wasting syndrome.

Procesos tumorales:

- Sarcoma de Kaposi.
- Linfoma de Burkitt.
- Otros linfomas no-Hogdkin, especialmente linfoma inmunoblástico, linfoma cerebral primario o linfoma de células B.
- Carcinoma invasivo de cérvix.

El VIH se multiplica, después de la fase aguda primaria de la infección, en los órganos linfoides, sobrecargándolos con un esfuerzo que termina por provocar una reducción severa de la producción de linfocitos. El debilitamiento de las defensas abre la puerta al desarrollo de infecciones oportunistas por bacterias, hongos, protistas y virus. En muchos casos los microorganismos responsables están presentes desde antes, pero desarrollan una enfermedad sólo cuando dejan de ser contenidos por los mecanismos de inmunidad celular que el VIH destruye. Ninguna de estas enfermedades agrede sólo a los VIH positivos, pero algunas eran casi desconocidas antes de la epidemia de VIH y en muchos casos las variantes que acompañan o definen al sida son diferentes por su desarrollo o su epidemiología.

Conocimiento actual de la enfermedad:




El VIH está emparentado con otros virus que causan enfermedades parecidas al sida. Se cree que este virus se transfirió de los animales a los humanos a comienzos del siglo XX. Existen dos virus diferenciados que causan sida en los seres humanos, el VIH-1 y el VIH-2. Del primero la especie reservorio son los chimpancés, de cuyo virus propio, el SIVcpz, deriva. El VIH-2 procede del SIVsm, propio de una especie de monos de África Occidental. En ambos casos la transmisión entre especies se ha producido varias veces, pero la actual pandemia resulta de la extensión del grupo M del VIH-1, procedente según estimaciones de una infección producida en África Central, donde el virus manifiesta la máxima diversidad, en la primera mitad del siglo XX.

La pandemia actual arrancó en África Central, pero pasó inadvertida mientras no empezó a afectar a población de países ricos, en los que la inmunosupresión del sida no podía confundirse fácilmente con depauperación debida a otras causas, sobre todo para sistemas médicos y de control de enfermedades muy dotados de recursos. La muestra humana más antigua que se sepa que contiene VIH fue tomada en 1959 a un marino británico, quien aparentemente la contrajo en lo que ahora es la República Democrática del Congo. Otras muestras que contenían el virus fueron encontradas en un hombre estadounidense que murió en 1969 y en un marino noruego en 1976. Se cree que el virus se contagió a través de actividad sexual, posiblemente a través de prostitutas, en las áreas urbanas de África. A medida que los primeros infectados viajaron por el mundo, fueron llevando la enfermedad a varias ciudades de distintos continentes.

En la actualidad, la manera más común en que se transmite el VIH es a través de actividad sexual desprotegida y al compartir agujas entre usuarios de drogas inyectables. El virus también puede ser transmitido desde una madre embarazada a su hijo (transmisión vertical). En el pasado también se transmitió el sida a través de transfusiones de sangre y el uso de productos derivados de ésta para el tratamiento de la hemofilia o por el uso compartido de material médico sin esterilizar; sin embargo, hoy en día esto ocurre muy raramente, salvo lo último en regiones pobres, debido a los controles realizados sobre estos productos.

No todos los pacientes infectados con el virus VIH tienen sida. El criterio para diagnosticar el sida puede variar de región en región, pero el diagnóstico típicamente requiere:

Un recuento absoluto de las células T CD4 menor a 200 por milímetro cúbico, o
La presencia de alguna de las infecciones oportunistas típicas, causadas por agentes incapaces de producir enfermedad en personas sanas.
La persona infectada por el VIH es denominada «seropositiva» o «VIH positivo» (VIH+) y a los no infectados se les llama «seronegativos» o «VIH negativo» (VIH–). La mayoría de las personas seropositivas no saben que lo son.

La infección primaria por VIH es llamada «seroconversión» y puede ser acompañada por una serie de síntomas inespecíficos, parecidos a los de una gripe, por ejemplo, fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados. En esta etapa el infectado es más transmisor que en cualquier otra etapa de la enfermedad, ya que la cantidad de virus en su organismo es la más alta que alcanzará. Esto se debe a que todavía no se desarrolla por completo la respuesta inmunológica del huésped. No todos los recién infectados con VIH padecen de estos síntomas y finalmente todos los individuos se vuelven asintomáticos.

La Prevenciòn:

La única causa de la transmisión es el intercambio de fluidos corporales, en particular la sangre y las secreciones genitales. El virus VIH no se puede transmitir por la respiración, la saliva, el contacto casual por el tacto, dar la mano, abrazar, besar en la mejilla, masturbarse mutuamente con otra persona o compartir utensilios como vasos, tazas o cucharas. En cambio es teóricamente posible que el virus se transmita entre personas a través del beso boca a boca, si ambas personas tienen llagas sangrantes o encías llagadas, pero ese caso no ha sido documentado y además es considerado muy improbable, ya que la saliva contiene concentraciones mucho más bajas que por ejemplo el semen, y también porque la saliva tiene propiedades antivirales que hacen que destruya al VIH.

Penetraciòn:

La infección por VIH por las relaciones sexuales ha sido comprobado de hombre a mujer, de mujer a hombre, de mujer a mujer y de hombre a hombre. El uso de condones de látex se recomienda para todo tipo de actividad sexual que incluya penetración. Es importante enfatizar que se debe usar el condón hecho del material látex, pues otro condón (de carnero) que existe en el mercado, hecho a base de material orgánico, no es efectivo para la prevención. Los condones tienen una tasa estimada del 90-95% de efectividad para evitar el embarazo o el contagio de enfermedades, y usado correctamente, esto es, bien conservado, abierto con cuidado y correctamente colocado, es el mejor medio de protección contra la transmisión del VIH. Se ha demostrado repetidamente que el VIH no pasa efectivamente a través de los condones de látex intactos.

El sexo anal, debido a la delicadeza de los tejidos del ano y la facilidad con la que se llagan, se considera la actividad sexual de más riesgo. Por eso los condones se recomiendan también para el sexo anal. El condón se debe usar una sola vez, tirándolo a la basura y usando otro condón cada vez. Debido al riesgo de rasgar (tanto el condón como la piel y la mucosa de la paredes vaginales y anales) se recomienda el uso de lubricantes con base acuosa. La vaselina y los lubricantes basados en aceite o petróleo no deben usarse con los condones porque debilitan el látex y lo vuelven propenso a rasgarse.

Sexo Oral:

En términos de trasmisión del VIH, se considera que el sexo oral tiene menos riesgos que el vaginal o el anal. Sin embargo, la relativa falta de investigación definitiva sobre el tema, sumada a información pública de dudosa veracidad e influencias culturales, han llevado a que muchos crean, de manera incorrecta, que el sexo oral es seguro. Aunque el factor real de trasmisión oral del VIH no se conoce aún con precisión, hay casos documentados de transmisión a través de sexo oral por inserción y por recepción (en hombres). Un estudio concluyó que el 7,8% de hombres recientemente infectados en San Francisco probablemente recibieron el virus a través del sexo oral. Sin embargo, un estudio de hombres españoles que tuvieron sexo oral con compañeros VIH+ a sabiendas de ello no identificó ningún caso de trasmisión oral. Parte de la razón por la cual esa evidencia es conflictiva es porque identificar los casos de transmisión oral es problemático. La mayoría de las personas VIH+ tuvieron otros tipos de actividad sexual antes de la infección, por lo cual se hace difícil o imposible aislar la transmisión oral como factor. Factores como las úlceras bucales, etc., también son difíciles de aislar en la transmisión entre personas "sanas". Se recomienda usualmente no permitir el ingreso de semen o fluido pre-seminal en la boca. El uso de condones para el sexo oral (o protector dental para el cunnilingus) reduce aún más el riesgo potencial. El condón que haya sido utilizado ya para la práctica del sexo oral, debe desecharse. En caso de que exista coito posterior, se utilizará un nuevo profiláctico; ya que las microlesiones que se producen en el látex por el roce con las piezas dentarias, permiten el paso del virus.

Vìa Parenteral:

Se sabe que el VIH se transmite cuando se comparten agujas entre usuarios de drogas inyectables, y éste es uno de las maneras más comunes de transmisión. Todas las organizaciones de prevención del sida advierten a los usuarios de drogas que no compartan agujas, y que usen una aguja nueva o debidamente esterilizada para cada inyección. Los centros y profesionales del cuidado de la salud y de las adicciones disponen de información sobre la limpieza de agujas con lejía. En los Estados Unidos y en otros países occidentales están disponibles agujas gratis en algunas ciudades, en lugares de intercambio de agujas, donde se reciben nuevas a cambio de las usadas, o en sitios de inyecciones seguras.

Los trabajadores médicos pueden prevenir la extensión del VIH desde pacientes a trabajadores y de paciente a paciente, siguiendo normas universales de asepsia o aislamiento contra sustancias corporales, tales como el uso de guantes de látex cuando se ponen inyecciones o se manejan desechos o fluidos corporales, y lavándose las manos frecuentemente.

El riesgo de infectarse con el virus VIH a causa de un pinchazo con una aguja que ha sido usada en una persona infectada es menor de 1 entre 200. Una apropiada profilaxis pos-exposición (con medicamentos anti-VIH) logra contrarrestar ese pequeño riesgo, reduciendo al mínimo la probabilidad de seroconversión.

Circunsiciòn:

Un estudio de 2005 informaba que el estar circuncidado podría reducir significativamente la probabilidad de que un hombre se infecte de una mujer seropositiva por penetración vaginal. Los rumores en este sentido, producidos a partir de trabajos anteriores no concluyentes, han aumentado ya la popularidad de la circuncisión en algunas partes de África. Un trabajo relacionado estima que la circuncisión podría convertirse en un factor significativo en la lucha contra la extensión de la epidemia.

Resistencia Natural:

Investigaciones recientes confirmaron que de hecho existen personas más inmunes al Virus, debido a una mutación en el genoma llamada "CCR5-delta 32". Según se cree, habría aparecido hace 700 años, cuando la peste bubónica diezmó a Europa. La teoría dice que los organismos con ese gen impiden que el virus ingrese en el glóbulo blanco. Este mecanismo es análogo al de la peste negra. El VIH se desarrolla en estas personas de manera más lenta, y han sido bautizados como "no progresores a largo plazo".

Saliva:

Después de la sangre, la saliva fue el segundo fluido del cuerpo donde el VIH se aisló. El origen del VIH salivar son los linfocitos infectados de las encías (gingiva). Estas células emigran dentro de la saliva en una tasa de un millón por minuto. Esta migración puede aumentar hasta 10 veces (diez millones de células por minuto) en enfermedades de la mucosa oral, las cuales son frecuentes en un huésped inmunodeficiente (tal como un individuo con infección por VIH). Estudios inmunocitoquímicos recientes muestran que en los pacientes con sida hay una concentración más alta de VIH en los linfocitos salivares que en los linfocitos de la sangre periférica. Esto sugiere que los linfocitos infectados reciben una estimulación antigénica por la flora oral (bacterias en la boca) lo que da lugar a una mayor expresión del virus"

Abstinencia:

Según algunos estudios, los programas que preconizan la abstinencia sexual como método preventivo exclusivo no han demostrado su utilidad para disminuir el riesgo de contagio del virus. Edward Green, director del Aids Prevention Research Project de Harvard, asegura que "El preservativo no detiene el Sida. Sólo un comportamiento sexual responsable puede hacer frente a la pandemia"

Monogamia:

En el África subsahariana,y otros países subdesarrollados, se ha mostrado eficaz en la lucha contra el SIDA el fomento de la monogamia y el retraso de la actividad sexual entre los jóvenes.

Tratamiento:

Actualmente existen medicamentos, llamados antirretrovirales, que inhiben enzimas esenciales, la transcriptasa reversa, retrotranscriptasa o la proteasa, con lo que reducen la replicación del VIH. De esta manera se frena el progreso de la enfermedad y la aparición de infecciones oportunistas, así que aunque el sida no puede propiamente curarse, sí puede convertirse con el uso continuado de esos fármacos en una enfermedad crónica compatible con una vida larga y casi normal. La enzima del VIH, la retrotranscriptasa, es una enzima que convierte el ARN a ADN, por lo que se ha convertido en una de las principales dianas en los tratamientos antirretrovirales.

En el año 2007 la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) autoriza el fármaco Atripla que combina tres de los antirretrovirales más usuales en una única pastilla. Los principios activos son el efavirenz, la emtricitabina y el disoproxilo de tenofovir. El medicamento está indicado para el tratamiento del virus-1 en adultos.

El común denominador de los tratamientos aplicados en la actualidad es la combinación de distintas drogas antiretrovilares, comúnmente llamada "cóctel". Estos "cócteles" reemplazaron a las terapias tradicionales de una sola droga que sólo se mantienen en el caso de las embarazadas VIH positivas. Las diferentes drogas tienden a impedir la multiplicación del virus y, hacen más lento el proceso de deterioro del sistema inmunitario. El "cóctel" se compone de dos drogas inhibidoras de la transcriptasa reversa (las drogas) AZT, DDI, DDC, 3TC y D4T) y un inhibidor de otras enzimas las proteasas.

Al inhibir diferentes enzimas, las drogas intervienen en diferentes momentos del proceso de multiplicación del virus, impidiendo que dicho proceso llegue a término. La ventaja de la combinación reside, justamente, en que no se ataca al virus en un solo lugar, sino que se le dan "simultáneos y diferentes golpes". Los inhibidores de la transcriptasa inversa introducen una información genética equivocada" o "incompleta" que hace imposible la multiplicación del virus y determina su muerte Los inhibidores de las proteasas actúan en las células ya infectadas impidiendo el «ensamblaje» de las proteínas necesarias para la formación de nuevas partículas virales.

La proteína SEVI:

Según un trabajo elaborado en el año 2007 por científicos de las universidades de Ulm y Hannover, en conjunto con científicos españoles, se ha descubierto una proteína en el semen humano, que facilita la transmisión del virusVIH.

Con frecuencia la cantidad de virus existente en el semen no alcanza los niveles mínimos esperables para que pueda generarse contagio. Sin embargo esta proteína llamada SEVI, desempeña un rol de facilitador para la propagación de la infección, con concentraciones de VIH en semen que de otro modo jamás hubieran producido contagio.

Esta proteína se manifiesta en dos formatos o arquitecturas diferentes. Es la SEVI de estructura amiloidea, la que cuenta con capacidad de convertirse en patógena o mutar sus propiedades biológicas. Esta proteína favorece considerablemente el contagio por semen, facilitando la infección y distribución del virus.

El SEVI actúa concentrando el virus en la superficie de la célula, que luego va a ingresar en forma masiva hacia el citoplasma.




"¡SALVA TU VIDA! PREVENIR ANTES QUE LAMENTAR"

"BRIGADA VOLUNTARIA UNEFA TOVAR"

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